ROSCO WORLD

martes, septiembre 05, 2006

Una de las bandas mas talentosas y turbulentas del rock actual, liderada por el genial y neurótico Anton Newcombe.

La música pop guarda una extraña relación con la enfermedad mental. Algunos de los mundos de felicidad e inocencia que compartieron generaciones fueron creados por mentes perturbadas.

El productor Phil Spector, por ejemplo, se peleaba con fantasmas que existían sólo en su cabeza, en las fronteras de la esquizofrenia, mientras creaba éxitos como "Be my baby".

Su equivalente inglés, Joe Meek, se suicidó despues de matar a su casera y conseguir algunos de los primeros grandes éxitos del pop británico. Los Beach Boys, sin ir mas lejos, deben gran parte de su mejor música al talento y a las visiones del torturado Brian Wilson, hoy celebrado como un genio.

Con la llegada del punk, la angustia tuvo otra forma de expresión, se acabaron las muecas de falsa felicidad. Hoy día, un grupo norteamericano prácticamente desconocido para el público continúa a su manera esa tradición de paraisos sonoros.

Anton Alfred Newcombe nació en 1967, en lo que se suele llamar una familia disfuncional. Su padre, un tipo bastante perturbado, desapareció de escena a las primeras de cambio. Años mas tarde admitiría haber sido un mal padre y se suicidaría el día del cumpleaños de su hijo. Su madre, ocupada en casarse y divorciarse, no tenia demasiado tiempo para atender las extravagancias de su hijo.

Un dia que la policia lo retuvo, la llamaron para que fuese a recogerlo y ella les dijo: "Ocupense ustedes de él, a mi ya no me apetece". Por aquel tiempo ya estaba claro que Anton, de 15 años, tenía ciertos trastornos de conducta. En concreto, era una persona completamente autodestructiva.

Su panorama personal no era (no es) demasiado extraño: Anton era "white trash", uno de esos jóvenes blancos desclasados, que abandonan el sistema educativo y son continuamente rechazados por el sistema laboral, sin ninguna perspectiva de futuro: carne de cañón para el ejército de los Estados Unidos o para esos trabajos basura que hacen funcionar a las multinacionales. Pero en el caso de Newcombe, estaba la pequeña diferencia de que tenía ciertas aptitudes para la música.

Pero no esa clase de música que hace que algunos jóvenes furiosos se suban a un escenario a berrear y a hacer algo de ruido con la guitarra para desahogar necesariamente su furia (Puede que haya tantas guitarras en Estados Unidos como pistolas). Anton era (es) un auténtico músico, un creador de sonidos.


En 1990 fundó Brian Jonestown Massacre. El nombre es un homenaje a Brian Jones, el primer guitarrista de los Rolling Stones, fallecido en 1969, y a la masacre de Jonestown, en la que doscientos miembros de una secta se suicidaron en un ritual colectivo, suceso que impresionó a un joven Anton.

La formación de la banda varió considerablemente en todos estos años, con mas de 50 miembros en total (El difícil carácter de Newcombe tiene bastante que ver con esto). Los más relevantes a través del tiempo serían el bajista Matt Hollywood y el percusionista y "portavoz de la revolución" Joel Gion. Después de unos años de rodaje, consiguieron cierto renombre local y en 1995 grabaron su primer disco, "Methodrone". Y era bueno.

Lo más asombroso fue que el año siguiente grabaron cuatro discos, y todos ellos fueron excelentes, incluyendo "Take It From The Man!", su obra maestra hasta la fecha. Y eran discos particularmente generosos: Cada uno tenía como diecisiete temas, y aun así parecía que a Anton y los suyos les sobraban ideas.

Pero paralelamente a este esplendor creativo, la vena autodestructiva de Anton cortaba la evolución del grupo. Inmediatamente fueron ensalzados por los críticos y se pusieron en el punto de mira de las grandes discograficas, pero cuando parecía que iban a alcanzar el éxito, Newconbe encontraba la manera de destrozarlo.

En un concierto organizado para ejecutivos de la industria musical con sus talonarios de cheques a punto, la banda tocó dos acordes y después se enzarzó en una violenta pelea, haciendo huir a los inversores.

La música de Brian Jonestown Massacre es una música atmosférica, envolvente. Anton Newcombe quiere crear un nuevo medio ambiente compuesto de sonidos. Miles de sonidos nos rodean en sus canciones: Panderetas, címbalos, violines, una armónica, un sitar, cualquier clase de instrumento, de cualquier cultura tiene cabida en este magma sonoro.

La voz es un instrumento más, sin ninguna preponderancia sobre el resto. Y en sus influencias musicales encontramos la misma exhuberancia. Generalmente ligados a la psicodelia, BJM recoge igualmente la herencia de los Rolling Stones, del country, de Bowie, pero también de las musicas tribales africanas, del folclore de la India y en general de cualquier cosa que les ayude a crear esa atmósfera musical.

Algunos dirán que son otro ejemplo de la tendencia revivalista de la música actual, pero a BJM les sobra la personalidad propia que a todas esas bandas de nueva hornada les falta.

"Disfruto creando inmersiones en medio-ambientes musicales, la suspensión de las creencias. Y soy bastante bueno en eso", me respondió Anton cuando le pregunté por qué la música era tan importante para él. El rechazo de la vida cotidiana puede dar lugar a la creación de universos de evasión, y la música pop es experta en estos temas.

En ese aspecto, Newcombe es un heredero de la tradición que comentaba al principio de este artículo. Lo que hace que la música de BJM sea tan original es que en ella la evasión nunca es completa, sus canciones están llenas de estructuras retorcidas, falsos finales, cambios de ritmo que desconciertan al oyente y ponen en cuestión las sensaciones que ayudan a crear.

Por eso, el último corte de "Thank God For Mental Illnes", su disco mas country, son simplemente treinta minutos de ruido de calle. Para recordarnos que, aunque podamos huir de ella momentáneamente (las canciones son eso, momentos), la confusión seguirá ahí.

Desde su momento mas bajo, allá por 1997, cuando fracasaron con su primer disco para una multinacional, BJM ha seguido por ahí, sacando discos igual de buenos. Anton se ha desenganchado de la heroina y han bajado la frecuencia de sus peleas en el escenario. Quizá el nacimiento de su primer hijo le hace plantearse la vida de otra manera.

En 1998 grabaron unas sesiones con el prestigioso DJ británico (recientemente fallecido) John Peel, aunque su número de seguidores no se ha elevado.

En 2003 se estrenaba un documental ("DIG!") que mostraba el lado mas histriónico de Newcombe, el de las peleas y las pataletas narcisistas, sobre todo las originadas por el triunfo de otra banda de la ciudad, los Dandy Wharhols, que hizo a Newcombe enfermar de envidia.

Ese aspecto mas morboso injustamente ha restado atención a la calidad de su música. En 2007 aparecerá su nuevo disco.

http://www.brianjonestownmassacre.com